El limpiador lingual, es un instrumento diseñado ergonómicamente para garantizar una correcta limpieza de la lengua. Cuando hablamos de salud bucodental, puede parecer obvio su estrecha relación con una higiene completa de toda la cavidad bucal. Sin embargo, en muchos casos el lavado que realizamos a diario no es lo suficientemente completo. Uno de los errores más frecuentes que cometemos es que limpiamos incorrectamente la lengua o directamente no lo hacemos. De forma tal, que el limpiador lingual se ha convertido en el gran olvidado en la higiene de nuestra boca.
¿Qué es un limpiador lingual y cuáles son sus características?
Como te he dicho anteriormente un limpiador lingual es un utensilio de limpieza, elaborado con características específicas para adaptarse a la estructura de la lengua. Su forma ergonómica hace que se ajuste perfectamente a la anatomía de este órgano, permitiendo una higiene óptima sin riesgo de dañar su integridad. Su diseño, además, permite el acceso a toda la superficie lingual, minimizando el reflejo nauseoso que se produce, incluso al limpiar las zonas posteriores.
Existen muchos tipos de limpiadores linguales y cada una de sus particularidades hacen que se diferencien entre sí. En cuanto a su forma, se dividen fundamentalmente en dos tipos, los que son en forma de “U” y en los que son en forma de “Y”. Pero esta no es la única característica que los diferencia. También difieren en cuanto a tamaño, características de los bordes y superficies que se ponen en contacto con la lengua. Además, hay una gran variedad en cuanto al tipo y calidad de los materiales que se utilizan para su fabricación. Dentro de estos materiales destacan el acero inoxidable, polipropileno, silicona, cobre, entre otros.
Al elegir un limpiador lingual, debes tener en cuenta estas propiedades, ya que de ellas va a depender su forma de uso, eficacia y durabilidad. En cualquier caso, todos ellos son muy fáciles de usar y en general, proporcionan en mayor o menor medida una limpieza apropiada.
Importancia de la limpieza de la lengua
Como bien sabes, una adecuada higiene es imprescindible para garantizar la salud de tu boca. Sin embargo, no basta con cepillar correctamente los dientes, usar hilo dental, etc. Para que esta higiene sea completa, hay que insistir especialmente en la lengua. Es importante que lo tengas en cuenta porque, aproximadamente el 45% de las bacterias perjudiciales existentes en la boca se alberga en su superficie. Dichas bacterias, conjuntamente con restos de alimentos, hongos y otros componentes, conforman la placa bacteriana.
Cuando observas una película blanquecina en la superficie de la lengua, es signo de que no se ha eliminado correctamente esta placa. Como consecuencia, se produce un incremento considerable de las bacterias patógenas, provocando un desequilibrio de la microbiota bucal.
Este desequilibrio y la acumulación de placa bacteriana, no sólo en la lengua, si no también, en las encías y dientes, provocan múltiples enfermedades. Dentro de las cuales, podemos destacar las caries, infecciones de las encías y mal aliento (halitosis), aunque hay muchas más, e incluso más graves.
Por qué no debes utilizar el cepillo de dientes para limpiar tu lengua
Muchas veces se utiliza el cepillo de dientes habitual para la limpieza de la lengua. Sin embargo, esta práctica no garantiza una correcta higiene y, además, no es recomendable por varias razones.
En primer lugar, las cerdas no están diseñadas para el tejido de la lengua, por lo que su dureza puede provocar lesiones y traumatismos. Además, puede favorecer la aparición de llagas e irritaciones.
El cepillo de dientes es estrecho y no abarca toda la superficie de la lengua, lo cual dificulta limpiar correctamente todas sus áreas.
El cepillado desestructura la placa bacteriana pero no la arrastra hasta el exterior de la boca, por lo que la higiene no es lo suficientemente efectiva.
Utilizar el cepillo de dientes favorece la aparición del reflejo nauseoso, esto hace que se abandone rápidamente la limpieza.
Cómo funciona el limpiador lingual
Cuando el limpiador lingual es utilizado correctamente, la placa es levantada y arrastrada desde la zona posterior de la lengua hasta el exterior de la boca. Los bordes están diseñados con características y materiales que permiten que este proceso sea eficaz sin provocar lesiones. Por lo que, la limpieza con este dispositivo es mucho más efectiva, precisa y menos agresiva que cuando se hace con el cepillo de dientes.
Cómo utilizar el limpiador lingual
Utilizar el limpiador lingual es muy sencillo. En dependencia del tipo que elijas, su forma de uso es diferente, ya que puede variar el agarre, con una o con las dos manos. También los hay con 2 caras diferentes para limpiar el centro o los laterales de la lengua. Pero en general, los pasos a seguir para lograr una correcta higiene, son los siguientes:
Con la boca abierta, saca la lengua e introduce el limpiador intentando alcanzar la parte posterior.
Primeramente, limpia la parte central de la lengua, para lo cual, debes arrastrarlo suavemente por el centro desde la zona de atrás hacia adelante.
Repite esta operación varias veces aclarando el limpiador con abundante agua después de cada pasada.
A continuación, procede a limpiar los laterales. Para ello, arrástralo varias veces de atrás hacia delante por cada lateral de la lengua, aclarando después de cada pasada.
Consejos
Utiliza el limpiador lingual con frecuencia, al menos una vez al día.
Hazlo, preferiblemente por las mañanas, porque es en ese momento cuando existe mayor cantidad de placa bacteriana. Esto sucede debido a que, durante la noche disminuye considerablemente la producción de saliva, que es en gran medida, responsable de eliminar las bacterias perjudiciales.
El limpiador lingual está diseñado para disminuir al máximo la sensación de náuseas, no obstante, hay personas muy sensibles a este reflejo. Por lo que, si eres de esas personas, puedes introducir el limpiador sólo un poco e intentar introducirlo cada vez más, hasta que consigas acostumbrarte.
No existe una edad específica para iniciar a los niños en el uso del limpiador lingual, sin embargo, se recomienda hacerlo a la edad más temprana posible. A partir de los 6 años, empiezan a tener autonomía suficiente, por lo que es un buen momento para comenzar a crear este hábito.
En caso de mal aliento, predisposición a padecer caries o cualquier enfermedad bucal, puedes incrementar el uso del limpiador lingual hasta 3 veces al día.
Además, es muy importante finalizar la limpieza con un colutorio sin alcohol para garantizar una higiene bucal completa.