La microbiota bucal juega un papel importante en nuestra salud. Pero ¿sabes qué es? Se conoce como microbiota bucal al conjunto de microorganismos que habitan en nuestra boca. Dentro de ellos existe una inmensa cantidad de bacterias. Además, aunque en menor medida, están presentes algunos virus e incluso hongos que también forman parte de ella. Cuando escuchamos hablar de virus, bacterias y hongos, tenemos la tendencia a pensar que son dañinos. Sin embargo, no todos ellos son perjudiciales para la salud.
Características de la microbiota bucal
Los microorganismos que conforman la microbiota bucal se dividen en dos subgrupos, unos forman parte de la flora comensal y otros de la flora patógena.
La flora comensal está compuesta por aquellos microorganismos «buenos», fundamentalmente bacterias, que juegan un papel beneficioso. Esto lo hacen a través de diversas funciones, como su participación en el metabolismo de los alimentos, protegiendo frente a infecciones, entre otras. Por su parte, la flora patógena está compuesta por microorganismos «malos», que son responsables de las enfermedades.
Lo ideal es que exista un equilibrio entre ambas poblaciones. Para ello la flora comensal debe encontrarse reforzada y su papel protector debe ser capaz de neutralizar los efectos negativos de la patógena.
Importancia del equilibrio de la microbiota bucal
Las enzimas de la saliva y el sistema digestivo en general, contribuyen en la destrucción de la mayoría de las bacterias patógenas de la boca. Sin embargo, existen factores que pueden desencadenar una disminución de los microorganismos beneficiosos o un incremento de los perjudiciales provocando un desequilibrio de la microbiota bucal.
Este desequilibrio favorece la aparición de afecciones en la boca como, hongos, mal aliento, caries o infecciones de las encías. También pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades más graves como diabetes, patologías cardiovasculares, digestivas e incluso algunos tipos de cáncer.
Por ello, el mantenimiento de una microbiota bucal equilibrada, es de vital importancia para nuestra salud en general.
Factores que afectan negativamente el equilibrio de la microbiota bucal
Las características de la microbiota bucal de cada persona, son fundamentalmente de tipo hereditarias. Sin embargo, como he mencionado anteriormente, existen factores que influyen negativamente en su correcto funcionamiento y equilibrio.
En primer lugar, una higiene deficiente, promueve la formación de la placa bacteriana que se deposita en la superficie dentaria y en la lengua. Dicha placa está compuesta principalmente por bacterias patógenas.
Otro factor importante a tener en cuenta es la alimentación. Un consumo elevado de azúcares favorece que se generen ácidos que propician un medio adecuado para la procreación de este tipo de bacterias.
Algunos hábitos como el consumo de alcohol y el tabaco también aumentan el riesgo de aparición de microorganismos perjudiciales. Esto sucede, entre otras cosas, debido a que provocan una disminución de la respuesta inmunitaria del organismo y una reducción de la secreción salival.
Los cambios hormonales que aparecen durante el embarazo producen modificaciones en la composición de la saliva, con la consiguiente disminución de sus propiedades bactericidas.
En general, cualquier condición que provoque sequedad bucal o disminución de la respuesta inmunitaria es considerada un factor de riesgo. Algunas de estas condiciones son, la edad avanzada, el estrés, enfermedades como la diabetes y el consumo de ciertos medicamentos.
El uso de antibióticos además de eliminar las bacterias patógenas, también afecta a las beneficiosas. Por lo que su consumo, en muchos casos, provoca un desequilibrio de la microbiota.
Consejos y recomendaciones
Una correcta higiene de la boca, es imprescindible en el equilibrio de la microbiota bucal, por eso debes hacerlo, al menos, tres veces al día.
Cepíllate cada vez, durante 2 minutos, con la técnica adecuada distribuyendo el tiempo de cepillado entre los distintos cuadrantes.
La limpieza de la boca tiene que ser completa, para ello es muy importante que tengas en cuenta las zonas interdentales y la lengua. Para conseguirlo te recomiendo utilizar frecuentemente cepillos interdentales, hilo, seda o cinta dental y limpiador lingual.
También es recomendable el uso de irrigadores dentales como un complemento de la limpieza de la boca. Sobre todo, en situaciones en las que es complicado acceder a determinadas zonas, como es el caso de aparatos fijos de ortodoncia o implantes dentales.
La calidad de los productos que utilices es determinante, ya que existen productos agresivos que pueden terminar dañando la flora de tu boca. Asegúrate de utilizar dentífricos con la cantidad adecuada de flúor y terminar la limpieza con un colutorio sin alcohol.
Además, la alimentación juega un papel fundamental en este sentido, evita el consumo elevado de azúcares para mantener a raya las bacterias perjudiciales.
Los chicles sin azúcar y alimentos crujientes como la manzana y la zanahoria, también son útiles, ya que actúan estimulando la producción de saliva.
Por otra parte, los quesos fermentados y yogures son fuentes de probióticos, que son bacterias buenas. Consumiendo con regularidad este tipo de alimentos ayudarás a mantener un correcto equilibrio de tu microbiota bucal.
Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, son buenas decisiones para el cuidado de tu salud en general.
Finalmente, recomiendo el uso de probióticos bucales para reforzar la flora comensal en aquellos casos en los que las medidas anteriormente señaladas no son suficientes.
Probióticos bucales
Los probióticos bucales son complementos alimenticios naturales, que contienen microorganismos vivos pertenecientes a la flora comensal, es decir, aquellos considerados «buenos». Por lo tanto, al ser administrados refuerzan esta flora, ayudando así a combatir las bacterias perjudiciales y reestableciendo el equilibrio de la microbiota bucal.
Estos productos son completamente inocuos, no tienen contraindicaciones y pueden ser utilizados tanto por niños como por adultos. Están indicados en personas que tienen un elevado riesgo de padecer enfermedades bucales, como ancianos, pacientes polimedicados, fumadores, embarazadas o en situaciones de estrés. Además, en casos especiales, con algún tipo de discapacidad que dificulte una óptima limpieza bucal.
Independientemente de estas indicaciones, los probióticos bucales pueden ser utilizados por cualquier persona que quiera complementar su higiene oral. Incluirlo en tu rutina diaria, garantiza un suplemento que aporta los nutrientes necesarios para la salud de tu boca. Sin embargo, no sustituye ningún tratamiento indicado por un especialista, una correcta alimentación, ni ninguna de las medidas de higiene anteriormente señaladas.
Existen diversos probióticos bucales en el mercado. Pero, como siempre, centraré mi recomendación en aquellos que, según mi experiencia y la de mis pacientes, han resultado más eficaces. Concretamente te recomiendo, GUM PerioBalance y Lactoflora Salud Bucodental.
GUM PerioBalance
GUM PerioBalance, está compuesto por bacterias probióticas, que producen una sustancia antimicrobiana conocida como reuterina. Dicha sustancia, es capaz de hacer frente a las bacterias patógenas, neutralizándolas e incluso compitiendo con ellas por los sitios de adherencia.
Se presenta en formato de 30 comprimidos masticables con agradable sabor a menta fresca. No mancha los dientes, no altera el sabor de la boca, no causa irritación, ni daña el esmalte dental. No contiene gluten y es apto para vegetarianos. Además, es seguro para niños y embarazadas.
La forma de utilización es muy sencilla, se recomienda entre 1 y 2 comprimidos al día. Se toma después de la limpieza bucal, preferiblemente en la mañana y en la noche.
Lactoflora Salud Bucodental
Lactoflora Salud Bucodental, está formulado con fermentos lácticos vivos que promueven el correcto equilibrio de la microbiota bucal. Además, su formulación incluye vitamina D3 que ayuda al mantenimiento de los dientes en condiciones normales, favoreciendo su mineralización y al fortalecimiento del sistema inmunitario.
Se presenta en formato de 30 comprimidos para chupar, con sabor a menta, no contiene lactosa ni gluten.
Se recomienda el uso de hasta 2 comprimidos al día después de la higiene bucal, preferiblemente mañana y noche.